Nueva investigación de Igualdad Animal muestra la matanza de perros por su piel en China

Día 8 (MIÉRCOLES 24 ABRIL 2013)

Matadero de Zhanjiang

Gracias a la información proporcionada por activistas locales sabemos que en esta ciudad hay al menos un matadero de perros y sospechamos que puede haber más. Decidimos indagar preguntando a los taxistas locales que son quienes, al fin y al cabo, conocen perfectamente la zona. Finalmente uno de ellos nos lleva hasta un barrio en el que hay un matadero . Este matadero está situado a escasos metros de un edificio de viviendas. Los niños pasan con sus mochilas por delante, rumbo a sus colegios.

Tras varias horas de trabar amistad con los vecinos del barrio y del matarife, le convencemos para que nos permita grabarle ese día. Sin previo aviso, entra en el edificio y cierra la puerta tras de sí. No podemos seguirle pero sabemos lo que va a suceder. Entra en la habitación donde tiene encerrados a los perros con un palo en una mano y una tenaza en la otra. Grabamos por el hueco que queda por encima de la puerta cómo golpea a uno de los perros. Un golpe seco. Dos. Tres. Abre la puerta y arrastra consigo a un perro de color canela. El perro está paralizado pero sigue vivo. El matarife, con tranquilidad y mientras nos sonríe, coge un cuchillo, pisa al perro y le clava un cuchillo en el cuello. La sangre empieza a salir a borbotones. El matarife le coge por las patas traseras y le cuelga boca abajo mientras el perro se desangra. Al cabo de unos segundos lo tira al suelo. El perro respira con gran dificultad, no tiene fuerzas para más. Tardará casi cuatro minutos en que sus ojos se vuelvan vidriosos.

El matarife vuelve a adentrarse en el edificio y trata de cerrar nuevamente la puerta tras de sí solo que esta vez estamos preparados para seguirle de cerca y nos metemos con él a pesar de sus quejas. Cierra la puerta nuevamente y abre la siguiente en la que se encuentran los perros. Nosotros tratamos de movernos y documentar lo que sucede sin asustar más a los perros. Vemos que no tienen agua ni comida y que el suelo es una masa de excrementos maloliente. Ellos tratan de no mirarle a la cara… ni se mueven. Parece que tratan de no llamar la atención sobre sí mismos. Saben lo que va a suceder. Lo han visto antes y ninguno quiere ser el siguiente. El matarife ronda la habitación observándolos, valorando para sus adentros a cuál elegir, cuál tiene el peso que él busca para el cliente de hoy. Finalmente coge a uno por el cuello y le golpea en la cabeza varias veces. Lo arrastra y lo acuchilla al lado del sumidero del matadero, en plena calle. Un niño se acerca atraído por nuestra presencia y juega con su pelota alrededor con total normalidad. El proceso se repite con varios animales más. Otro niño, mayor que el anterior, se acerca al matadero y observa la situación. Mira a los perros agonizando y desangrándose ante sus ojos. Su expresión nos indica que está cuestionándose lo que ve.